17 octubre 2017

El oído absoluto (II)


Continuamos con la segunda parte de "El oído absoluto" en donde trataremos de comprender por qué algunas personas tienen la habilidad para transcribir en una partitura o de reproducir en un instrumento cualquier música con sóla oirla una vez.
     
En primer lugar, cabe destacar una diferenciación necesaria para comprender de qué estamos hablando. La habilidad del oído absoluto es aquella que relaciona los sonidos con sus frecuencias, es decir, atribuye cada nota con la frecuencia que le corresponde siendo el cerebro el encargado de determinar si el sonido está afinado o no. Esta es una habilidad que tienen pocas personas. El oído relativo, sin embargo, es aquel que relaciona el sonido con su contexto, es decir, para saber si una nota está afinada necesito conocer las demás notas, la tonalidad, la frase musical, etcétera. Esta es una habilidad más frecuente y contínuamente utilizada por los músicos.

Una de las primeras preguntas que la ciencia se hace en relación al oído absoluto se refiere a la naturaleza genética o ambiental de su origen. En este sentido, numerosos estudios han demostrado cómo un ambiente musical favorecedor ayuda a entrenar y a desarrollar el oído absoluto. Una prueba de ello son aquellas regiones del mundo en las que se habla "lenguas tonales" (idiomas cuya entonación en algunas sílabas hace variar el significado de las palabras). Se ha comprobado que en estos lugares la tasa de personas con oído absoluto es mayor que en las regiones de lenguas atonales. La explicación está en que estas personas habrían desarrollado una mayor capacidad de diferenciar los tonos debido a la práctica de sus idiomas.

Sin embargo, otros estudios también han podido demostrar la existencia de un gran componente genético responsable del desarrollo del oído absoluto que se heredaría de generación en generación. Los experimentos realizados con niños de entre 2 y 4 años a los que se les ha tratado de entrenar el oído han fracasado pues, si bien estos niños adquirían habilidades auditivas muy buenas, no eran comparables a los que de manera natural tiene una persona con oído absoluto.

Aunque los resultados parecen contradictorios, se puede concluir que esta habilidad está condicionada por la genética pero moldeada e impulsada por un ambiente musical favorecedor sin el cual no es posible desarrollarlo.

Desde un punto de vista patológico, algunas enfermedades mentales tienen tasas de personas con esta habilidad superiores al de la media poblacional. Tal el es caso del Síndrome de Williams o el autismo en donde una persona de cada veinte presenta oído absoluto mientras que en la población normal la prevalencia se sitúa en uno entre diez mil (cifra para personas con oído absoluto activo en los Estados Unidos, es decir, personas capaces de cantar una nota cualquiera sin ninguna referencia tonal).

De hecho, frecuentemente se han relacionado algunas enfermedades mentales, en particular el autismo, con habilidades o talentos fuera de lo común. Algunas personas diagnosticadas con un trastorno del espectro autista presentan lo que se conoce con el nombre de Síndrome del Savio o del Savant. La mayoría de los talentos que dearrollan estas personas  no tienen una funcionalidad pero son realmente extraordinarios.

Una persona con el Síndrome del Savant, por ejemplo, puede ser capaz de memorizar todas las matrículas de todos los coches que se encuentre por el camino entre el trabajo y su domicilio, puede ser capaz de memorizar centenares de miles de números del número pi, puede determinar si el 26 de julio de 1450 fue jueves o viernes, o puede calcular la distancia entre dos puntos con una precisión increíble.

Aunque se desconoce la causa que posibilita el desarrollo de estas habilidades, se ha comprobado que la memoria parece tener un papel fundamental. En este sentido, la habilidad del oído absoluto (habilidad compartida por algunos Savant), es el fondo una consecuencia de una memoria sensorial auditiva fuera de lo normal.

Pero tener un oído absoluto no siempre es ventajoso. Si bien el principal problema de la memoria es su déficit (es decir, la amnesia en cualquiera de sus formas) también existe otra vertiente patológica mucho menos frecuente pero real que es la hipermnesia, un fenómeno que puede estar relacionado con la habilidad del oído absoluto.

La hipermneisa es un trastorno de la memoria caracterizado por una exagerada capacidad para almacenar información del mundo exterior así como para evocarlo. Puede ser global cuando se refiere a cualquier estímulo o selectiva cuando se refiere a un grupo concreto de estímulos.

Aunque no está estudiado, y por tanto esto es una hipótesis de estudio, puede existir una relación entre la hipermnsia selectiva y el oído absoluto ya que en el fondo una persona con esta habilidad almacena estímulos sensoriales auditivos con mucha facilidad, durante mucho tiempo y con sólo escucharlos una vez tal y como lo podría hacer una persona hipermnésica.

Tanto memoriza una persona con oído absoluto los sonidos musicales que incluso esto le puede producir algunos problemas. Los músicos con esta habilidad, por ejemplo, pueden tener problemas al trasportar una obra del tono original al tono que se interpreta la obra. Esto se debe a que el sonido que perciben y el que imaginan en su mente es diferente, produciéndoles cierto tipo de distorsión. Asimismo, cualquier afinación distinta de la estándar (la4 = 440 Hz) también les producirá problemas al tener tan interiorizado o tan memorizado la frecuencia correspondiente a cada sonido.

En la próxima entrada hablaremos de hasta qué punto puede una persona con oído absoluto puede percibir un desafine y las diferencias entre éste y el de una persona con oído relativo. ¡No os lo perdáis!



“Mientras cantaba con la música de la lira, las almas rompieron a llorar”.

(Ovidio sobre Orfeo)

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