18 septiembre 2017

Oído absoluto (I)

Alejándonos ya del período estival, recuperamos la activad en Lyra Orphei para tratar un tema cuanto menos curioso del que hablaremos en dos entradas distintas. Se trata de la habilidad o facultad que algunos músicos tienen para oir, memorizar y ejecutar al momento una serie de sonidos, melodías o incluso una obra completa. Estas personas son capaces de emparejar el sonido con cada nota aunque se presenten de manera aislada o al margen de una tonalidad. Esta habilidad se conoce con el nombre de oído absoluto.

Como tantas otras veces, la historia de la música nos proporciona curiosas anécdotas que nos ayudan a comprender algunos conceptos. Para mostrar lo que el oído absoluto significa, tomaremos un ejemplo ocurrido hace ya algunos siglos.

Gregorio Allegri (1582 - 1652) fue uno de los mejores compositores italianos de música barroca de su tiempo. En el año 1638 escribió la que seguramente es su obra más conocida: "Miserere Mei Deus". Esta composición es una compleja creación escrita para dos coros de cuatro y cinco voces en donde se alterna el canto llano con la polifonía clásica. La voz superior ejecuta registros realmente agudos llegando a un do de pecho, algo francamente atípico para la época. En el final de la obra ambos coros se juntan para concluir la pieza de manera solemne y grandiosa.

Si bien el estilo de la obra recordaba demasiado a la escuela romana renacentista considerada ya obsoleta para esta época, el Miserere de Allegri agradó sobremanera al Papa Urbano VIII quien mandó se interpretara cada año en la Capilla Sixtina de la Basílica de San Pedro durante los oficios de Semana Santa.

Con el fin de preservar la obra únicamente para el propósito que el Papa había ordenado, la Iglesia prohibió su copia, difusión e interpretación bajo pena de excomunión. Asímismo, se esmeró en custudiar con celo la
la partitura original de Allegri guardándola en la capilla del coro papal.

Tan sólo se realizaron dos copias del manuscrito original que también se conservaron cuidadosamente; una fue realizada en el siglo XVIII para el músico Martini y otra fue entregada al emperador de Austria Leopoldo I. Cuando éste mandó ejecutar la partitura concluyó que había sido engañado pues aquellas notas no correspondían exactamente con el Miserere de Allegri. Cuando el Papa fue informado decidió despedir al maestro de capilla del coro papal y le obligó a acudir a Viena para dar explicaciones al Emperador. Al parecer, la copia entregada no incluía las improvisaciones que el director aportaba en el momento de la ejecución y que según él no podían ser escritas en las partitura a fin de poder ser contratado nuevamente.

Si bien es cierto que en la mayoría de composiciones de la época no se escribían los ornamentos con el fin de dejar espacio a la improvisación de maestros y cantantes, en el Miserere Allegri escribió todos los embellecimientos que debían ejecutarse. Lo que el Vaticano ocultaba con especial interés eran precisamente estos adornos.

Entretanto, la música del Miserere se mantenía encerrada entre las paredes del Vaticano siendo interpretada tan solo una vez al año en la Capilla Sixtina, tal y como se había acordado. Pero, un siglo más tarde, en la Semana Santa de 1770, llegaron a Roma Leopold Mozart y su hijo Wolfgang Amadeus, un chaval de tan sólo catorce años de edad pero que al parecer tenía grandes dotes musicales. Mozart fue llevado al Vaticano para escuchar la famosa composición de Allegri. Según se cuenta, después de asistir a los oficios, Mozart se retiró y escribió de memoria todos y cada uno de los compases de la obra habiéndolos escuchado tan sólo una vez. Cuando el Papa se enteró de este suceso quedó tan sorprendido que decidió nombrar a Mozart caballero de la Orden de la Escuela de Oro.

La curiosa anécdota muestra esa fascinante habilidad de poder transcribir al momento o ejecutar en un instrumento aquello que se acaba de oir. Pero no sólo el pequeño Mozart es un buen ejemplo de un músico con oído absoluto. También otros grandes artistas como Frank Sinatra, Stevie Wonder o Michael Jackson disfrutaron de un oído absoluto durante sus carreras musicales.

Pero, ¿qué ocurre en el cerebro para que se produzca este fenómeno? ¿Es innata esta capacidad? ¿Cómo de frecuente es encontrar una persona con oído absoluto? ¿Es mejor tener oído absoluto u oído relativo? Estas preguntas las responderemos en la siguiente entrada. ¡No te la pierdas!



Si quieres escuchar el Misere que Mozart transcribió con catorce años pulsa aquí:

 



“Mientras cantaba con la música de la lira, las almas rompieron a llorar”.
(Ovidio sobre Orfeo)

1 comentario:

  1. Post muy interesante sobre la memoria musical, un problema que siempre me ha fascinado y sorprendido. Espero con impaciencia la siguiente entrega.

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